Esta mañana, leer las noticias NBA era sinónimo de llevarse una sorpresa. Los Kings destituyen… ¿AHORA a su entrenador?
Sí, Ranadivé y D’Alessandro se cobraban la pieza de Mike Malone, entre otras cosas, por «diferencias estilísticas». El dueño y GM quieren jugar rápido, y Malone prefería ser un poco más… ¿clásico?, y en cuanto han podido, meningitis del jugador franquicia mediante, se lo han cargao. Y el problema no es sólo que quieran jugar rápido como los Suns o los Nuggets… los Kings están experimentando internamente para cambiar la manera en la que se juega al baloncesto profesional americano. Sin exagerar.
Para entenderlo tenemos que fijarnos en dos equipos de baloncesto underground. La primera experiencia de Vivek en el deporte de la canasta fue entrenar a un equipo de niñas, donde jugaba su hija, en el instituto. No iban sobradas de talento, así que Ranadivé, asesorado por la familia Craig (ex-jugador de NFL, y su hija, jugadora de NCAA), trató pensar fuera de lo establecido, e imponer reglas contra la corriente. Una: Redwood City presionaría todos los saques rivales, sin poner un defensa delante del balón, para poder ser 5 contra 4. Si el equipo rival lograba sacar, la siguiente misión era evitar que cruzaran la mitad de la pista en el tiempo reglamentario: presión a toda la cancha con dos-contra-uno’s. Se hinchaban a robar balones, meter canastas fáciles ante la confusión, y su estrategia hizo tanto ruido que el gigante Malcolm Gladwell le dedicó un señor artículo en la revista más pepi del mundo mundial, The New Yorker, y ahora a ver quien le quita la idea al tío de que no es un genio del deporte.
El otro caldo de cultivo de lo que podrían ser los nuevos Kings no está en Silicon Valley, sino en una universidad, un pequeño college en realidad, de Iowa. Allí, los Pioneers de Grinnell, llevan años jugando el baloncesto más rápido de la III División de la NCAA, y quién sabe si del mundo. Dirigidos por Dave Arseneault, hablar de up-tempo se queda demasiado corto (y lento) para lo que ellos hacen. El objeto de este entrenador era tirar 100 veces por partido, y para ello no escatimaba recursos: presión a toda cancha, órdenes de tirar antes de que pasen los 12 segundos de reloj, cargar con todo el equipo el rebote ofensivo, y cambiar quintetos completos cada dos minutos para que las piernas de sus jugadores estén frescas. ¿Recordáis el jugador que hace un par de años metió 138 puntos en un partido? Jack Taylor jugaba en Grinnell.
¿Y cuál es la conexión de Grinnell con los Kings? David Arseneault JR, hijo del entrenador de Grinnell, y antiguo jugador y asistente del college, lleva las riendas de los Reno Bighorns, el equipo que los Sacramento Kings tienen asociado en la D-League. Los Bighorns están tirando 111 veces por partido, y promediando 140 puntos. Eso es un 13% y un 18% respectivamente más que el segundo en cada categoría, los Rio Grande Valley Vipers, otro equipo probeta asociado nada menos que a Houston.
Lo de que los Kings querían jugar rápido echando hostias se lleva gestando (dos) años, lo que explica aún menos por qué pusieron el equipo en manos de Malone. Los Kings de hecho, han flotado la idea a Zach Lowe en su día, y hoy a Woj, de que hay intención de probar otra pirueta más, el más difícil todavía… ¡jugar cuatro contra cinco en defensa, dejando a un jugador de palomero en ataque!
Y ya sólo la posibildad de ver esto desboca nuestra imaginación. En primer lugar, poner los frenos: veo difícil hacerlo, y más aún que funcione. Los ataques NBA son muy sofisticados para atacar a un hombre menos, y los jugadores, muy talentosos para caer habitualmente en trampas de presión y dos-contra-uno.
Por otro lado, también son demasiado atléticos como para recuperar en defensa. No es lo mismo atacar de manera sorpresa, como hacen algunos jugadores en la Liga, que esperarlo posesión tras posesión. Si pusieras como regla mandar a tu último hombre siempre de vuelta contra los Palomero Kings en cuanto el tiro salga, podrías parar muchas de estas intentonas con éxito. Tengamos en cuenta que, primero, el tiro tiene que llegar al aro, lo que en suspensiones, no es un tiempo despreciable. Después hay que luchar por el rebote, o sacar desde línea de fondo. Y por último, que el balón cruce toda la pista. Estas tres tareas conllevan un tiempo mínimo de 3-4 segundos, lo suficiente para que un jugador regrese. Por supuesto, en alguna jugada lograrían batirle, y podría haber confusión entre quien es el encargado de bajar. La preocupación por regresar podría hacer que ese ataque rival actuara con precipitación. Y cómo y cuándo es mejor rebotear en ataque frente a los Kings obligaría a los equipos a desempolvar las estadísticas de SportsVU. ¿Pero serviría para meter más de lo que recibes?
Ese no es nuestro problema, y la cosa es que Ranadivé tienes ganas de probarlo. Y en esta vida, hasta que no le has dado un mordisco, no puedes saber si te gusta. Hay quien prefiere ahorrarse la dentallada porque sabe que no va a funcionar. Pero a un tío que se presentó en el MIT con 100$ y enfrentado al gobierno de su país, porque ese era su sueño, no se va a cortar.
Y aquí estamos nosotros para ayudarle. Construyamos juntos, los Sacramento CherryPickers
Pieza número uno – DeMarcus Cousins: El niño mimado, el jugador franquicia y si los Kings quieren jugar cuatro-contra-cinco en defensa, necesitan un protector del aro y reboteador, y pocos ocupan más espacio que Cousins.
Por supuesto, no es el pívot ideal para este sistema, pero ¿alguien se imagina a este equipo dejándole marchar? Si los Kings apostaran al 100% por esta bendita locura, lo normal sería que sí, que buscaran otro pívot más rápido, quizá incluso un ala-pívot reconvertido, y poner a Cousins en el mercado les podría conseguir a prácticamente cualquier jugador para esta misión (menos el perfecto, Anthony FUCKING Davis)
Tener a Cousins en nómina, además conllevaría otro problema. Si no está corriendo campo arriba, campo abajo, no tendrá oportunidades de anotar. Sería un arma principalmente defensiva, algo que su ego no llevaría muy bien, y sería difícil que tuviera compromiso en un lado si no va a recibir el balón en el otro. Pero… ¿si el palomero se quedara la jugada completa completa en el otro lado? ¿Podría ser Cousins ese jugador? Para empezar, ya tiene experiencia, al principio de su carrera pasaba más tiempo en la canasta contraria protestando al árbitro que en la suya. Por otro lado, es un objetivo grande para recibir pases, que tras atravesar la longitud completa de la pista, podrían llegar con poca precisión. Y su habilidad para postear le permitiría tener una ventaja para anotar aunque el rival llegara tiempo, a no ser que le mandaran al pívot de vuelta, con el desgaste que eso supone. De hecho, Cousins podría ser el jugador que te obligara a atacar a los 4 de Sacramento… con sólo otros cuatro.
El motivo principal para quedárselo es que si el experimento falla, y seamos francos, hasta Ranadivé tiene que saber que la probabilidad, aunque no sea nula, está en su contra, regalar a Cousins sería uno de los mayores ridículos de la historia de la Liga. Hasta un suicida tiene que tener Plan B.
Pieza número dos – Nik Stauskas Ey, no estoy seguro lo más mínimo que Stauskas vaya a ser titular en la NBA, pero tampoco de lo contrario. Poner a un jugador al que le cuesta defender cinco contra cinco, con un compañero menos en pista, no suena bien. Y lo cierto es que aunque no sea atlético, viene genial tener un triplista para apoyar a los atletas, porque la contra secundaria da lugar a muchas oportunidades de tiro tras pase según se llega. Pero mirad este vídeo sobre lo que fue la noche del Draft en las oficinas de Sacramento
Después de verlo, viajad conmigo al momento 6:41. Justo antes de dar por confirmado el nombre de Stauskas, Ranadivé tiene la cara amarilla, como si algo le hubiera sentado mal. ¿Mi teoría? Se ha hecho mucho daño al levantarse de la mesa. Por algún extraño motivo, Vivek tenía ganas de darle la «California Welcome» a Nik Rocks, y se la va a dar. No hay otro jugador más irremplazable en los Kings mientras Vivek mande.
Pieza número tres – Juanma López Iturriaga. Chris Mullin, out; el presentador de Inocente, Inocente, in.
Pieza número cuatro – Rajon Rondo Un palomero no es nadie sin un outlet pass. Pocos pasadores mejores y más precisos a larga distancia que Rondo…
Por los cuernos de Belcebú.
Además, Rondo aporta dos cosas que serían imprescindibles, carga genial el rebote defensivo, y pocos jugadores emplean menos tiempo entre coger el rebote y enfilar la otra canasta como él. Y si los Kings defendieran con uno menos, habría que suponer un sistema semi-zonal. En él, la defensa consistiría más bien en entorpecer líneas de pase, causar caos, e ir por libre, cosas en las que es un maestro. Además, está en el mercado.
El problema con Rondo: el esfuerzo. Como estos Kings seguramente estarían mucho el TV nacional si esto funciona, y esto le permitiría acumular asistencias a cascoporro, primera y última misión en su vida, no habría problema. Vamos, D’Alessandro, tráetelo ya. Objetivo número uno.
Pieza número cinco – Josh Smith El oscuro objeto de deseo del equipo directivo de los Kings, y una de las razones por las que se empezó a gestar el divorcio Malone–D’Alessandro–Ranadivé.
Uno de los jugadores que más han caído en desgracia en toda la Liga, seguramente no encontraría otra situación mejor que los Palomero Kings. Rápido y atlético, check. Buen pasador, check, y cuanto más largo y claro este el pase mejor. Sistema caótico en defensa que le permitiría poner tapones volando desde la ayuda, check. No se puede tirar piedras de cinco metros a media pista, cinco contra cinco, ¡re-que-te-check!
Y otra de las razones por las que se le ha relacionado con los Kings desde hace un tiempo, junto a Rondo es su amistad común: antiguos compañeros de Oak Hill. De hecho, viendo lo perfectos que son estos dos jugadores para un sistema suicida, empieza a estar un poco más claro que hayan aparecido tantos rumores relacionándolos con los Kings. ¡RANADIVÉ SABÍA LO QUE HACÍA DESDE HACE MUCHO TIEMPO!
Luego recordamos lo de Rudy Gay, y se nos pasa.
Pieza número seis – George Karl Uno de los nombres que más han sonado en las últimas horas, porque hablar de juego rápido y caótico y banquillo, es decir George Karl. Además, por la hostia pasivo-agresiva que se lleva de Woj, que hoy nos contaba que GK ha estado intentando meterse en todos los huecos que se han ido abriendo, y los que no, a lo Bill Cosby, estaría dispuesto.
Lo de mezclar tanta personalidad complicada con un entrenador al que no le gustan las gilipolleces es el único motivo en contra. Pero para eso hemos puesto a Itu de enlace con la plantilla, unos chascarrillos, y solucionado.
Y lo más importante: fuera Ty Corbin. Es el único entrenador de la NBA al que si mandas a la panadería, en vez de una baguette, volvería con cinta de carrocero. Ese es el nivel.
Pieza número siete – Corey Brewer Hablar de palomero en la NBA, es hablar de Corey Brewer. Sus canastas a pase de Kevin Love fueron un exitazo de GIF’s y Vine’s a lo largo de la Liga, y no hay jugador más dispuesto a pillar a la defensa en fuera de juego. Perdón, desprevenida. Que aunque lo hayáis entendido todos, luego me llamáis futbolero, como si fuera el mayor pecado capital de la Historia.
El problema es que… ¡hay mercado por Corey Brewer! Primero Cleveland, que lógicamente quiere volverlo a juntar con Kevin Love (otro sueño húmedo de los Palomero Kings, pero fuera de mercado también), y que podría ponerle a defender escoltas, algo para lo que está mejor preparado que para enfrentarse a aleros. Y segundo, Houston, ya que Daryl Morey tiene una excepción de traspaso que le quema en las manos, y ha decidido que va a intentar que todo jugador de la Liga haya pasado por sus manos, en clara competencia a las Kardashian. Eso sí, antes del día 19, por si tiene que volver a traspasarlo, que uno no llega a hacerse con todos si los aguanta toda la temporada.
Pieza número ocho – Bojan Bodganovic No es especialmente rápido, pero pocos jugadores más inteligentes para saber cuándo correr en la clase media que él. Tiene la mentalidad para ello, puede servir de intermediario para dar la asistencia cuando el pase a toda la cancha sea tapado, y es más que capaz de meter el triple como trailer. En la NBA sólo juega bien en casa, pero bueno, eso nos soluciona 41 partidos.
Pieza número nueve – Cory Joseph El jugador más rápido y ¿obtenible? de San Antonio, y además puede compartir todos los secretillos del equipo que mejor interpreta el baloncesto en general, y la contra secundaria en particular.
Pieza número diez – Darren Collison Ya van tres bases, pero es que este ya lo tenemos en casa, es un Speedy de la vida (Gonzalez, no Claxton), y el sistema palomeril elimina su mayor debilidad: la pérdida botándose en su propio pie. Lo de la defensa si eso ya tal.
Pieza número once – Mason Plumlee Necesitamos más hombres altos, que encima son los que más rápidos se cansan, y Plumlee es un especimen hiperactivo al que Hollins tenía metido hasta hace nada en la perrera. Además, como le vamos a quitar a Rudy Gay, Cousins necesita otro compañero para recordar aquella vez que fue Campeón del Mundo.
Pieza número doce – Thomas Robinson …y no hay hombre alto más rápido que él. Portland no ha ejercido su opción el año que viene, así que básicamente lo han descartado de verano en adelante. No es que vaya a costar, qué sé yo… la quinta elección del Draft de 2012 justo por encima de Lillard, Barnes, Ross y Drummond.
Pieza número trece – Víctor Claver Si me encontráis otro jugador que no entre en los planes de su equipo con más potencial, capacidad atlética y de pase, y que se lo fuera a pasar mejor jugando rápido que él en la Liga, me lo decís. Y vendría en el pack Robinson. Claver ha nacido para jugar en los Palomero Kings
Pieza número catorce – Derrick Williams Porque se supone que era atlético y no nos darían por él ni unas Lay’s al punto de sal. Nos lo comemos con patatas (chiste no intencionado).
Pieza número quince – Sim Bhullar Porque mantener en un equipo de D-League en el que te chuscas 111 tiros por partido a un tío de 2.26 metros y 160 kilos, es porque has descubierto algo que el resto de los mortales no alcanzamos a comprender todavía, pero que algún día será revelado ante nosotros. Bhullar, estás dentro.
Pues eso: cambiamos a McLemore (con todo el dolor de mi corazón, porque está jugando bien, pero hay que dar para recibir, y no hay mejor activo en este equipo), Gay (esto me recuerda que a lo mejor no hay que dar para recibir), Thompson, Landry y compañía, por Rondo, Josh Smith, Brewer, Bogdanovic et al, llamamos a Karl, le montamos un salón de cartón-piedra a Itu para que comente la jugada con Vivek y Shaq… y a campeonar, señores
Vaya genialidad de artículo, no creo que sea fácil mezclar bastante información y mucho humor en algo tan fácil y ameno de leer. Ojalá hubiese más artículos como este y los que soléis hacer. (Incluyo la hipermegaguíadelañopasado que me leí entera).
Mil gracias Adrián!!! Poco a poco intentaremos escribir más…pero no garantizamos nada!! Saludos!