Viernes 1 de febrero de 2008. Estaba sentado en el sofá tranquilamente viendo el telediario de TVE1. Tiempo de los deportes y la eterna Maria Escario daba el repaso a las noticias deportivas del día. En esta época aún sin teléfonos de última generación, aún sin apenas boom de redes sociales, el Telediario era una buena fuente de información, así como luego repasar las webs de siempre.
Entre noticia y noticia y ya justo cuando estaba a punto de despedir el espacio de deportes para ver que tiempo iba a hacer al día siguiente, Escario decía que había una noticia de última hora: Pau Gasol había sido traspasado a los Lakers. No me lo creía, para nada me lo esperaba y fui corriendo al ordenador para ver si era cierto. Entré en ESPN y sí, era cierto: Lakers get Gasol.
Por aquella época Kobe Bryant había pedido a la franquicia algo para poder optar al anillo, para dar ese paso adelante y meterse en todo lo alto de la conferencia oeste y buscar las finales. Este fue el paso. Pau Gasol llegaba a Lakers en un trade con Memphis Grizzlies donde los angelinos daban a Kwame Brown, Critterton, McKie, 2 futuras rondas y los derechos de…Marc Gasol. Pensaba en el quinteto compuesto por Fisher, Kobe, Odom, Bynum y Gasol y me estremecía.
Lo que vino después de todos es sabido. Lakers llegaría ese año a las finales frente a Celtics para en los siguientes dos años ganar los anillos que ahora mismo están en la mano de Gasol. 3 años mágicos que fueron sin duda un antes y un después en la carrera de Gasol y que se convirtió en el complemento perfecto para un Kobe que ganaba sin O’Neal su 4o y 5o anillo.
Muchos grandes momentos en estos 3 años, pero tal vez el punto álgido fue ese enfrentamiento a Howard en las finales de 2009, donde tanto ofensiva, como defensivamente Gasol fue muy superior a un Howard que estaba en el punto álgido de su carrera. Pau Gasol se convertía en uno de los mejores pivots de la liga y todo el mundo lo había presenciado. El grito era el anillo. El grito era todo.
La siguiente temporada fue una de luces y sombras donde la salida rápida en 2a ronda de PO contra Dallas Mavericks (4-0) fue el punto donde Phil Jackson dejaba la franquicia y donde Pau Gasol vio como poco a poco la química que encontró en sus primeros 3 años se iba perdiendo.
Llegó el lockout y con él el punto clave en el principio del fin de la carrera de Gasol en Los Angeles. En una decisión que sorprendió a la grandísima mayoría, David Stern vetaba un trade entre New Orleans Hornets, Houston Rockets y Los Angeles Lakers donde Chris Paul iría a LA, Gasol a Houston y Odom, Scola, Martin y Dragic a Hornets. Pero no se aprobó por la NBA o mejor dicho, por el propietario de los Hornets que por aquel entonces era la NBA. Aquí empezó uno de los mayores ‘Y si…‘ de la historia de la NBA (los What ifs que tanto le gustan a Simmons).
Este trade que nunca llegó a realizarse, a parte de destruir al anteriormente conocido como Lamar Odom, hizo que las dudas sobre Gasol se proyectaran ya descaradamente y dejó al jugador de Sant Boi con la mosca detrás de la oreja.
A partir de este momento, entre muchos otros factores, ni Lakers, ni Gasol fueron los mismos. Y no hablamos de profesionalidad, que fue máxima, sino de ese algo que había ahí detrás, de ese intento de traspaso, aprobado por casi todos y que a últimisisisisisisisma hora se echó para atrás. Luego vino la cuesta abajo de Lakers con una plantilla claramente inferior a otros años y sobre todo con las lesiones de Kobe Bryant.
El pasado verano, Dwight Howard acababa contrato con Lakers y salía al mercado libre, en aquel desayuno que compartimos con Gasol, le pregunté si para cuando se le acabara a él el contrato esperaba también campañas de StayPau y cosas similares, sonríe y me dice que no, para nada y como dije en su día, mi sensación era clara. Iba a salir al mercado y probablemente salir de Lakers.
Y así ha sido, después de ser el jugador que más rumores ha llenado en los últimos años en tierras lacustriles y de que hasta última hora se rumoreara que Lakers quería el sign & trade, finalmente salió como agente libre y decidió irse a Chicago, donde jugará las próximas temporadas en un proyecto donde la salud de Derrick Rose será el gran * dentro del proyecto. Si él está sano y Noah al nivel que ha estado hasta ahora, podríamos decir que es otro gran candidato a ese Este tan abierto este año. Pero Gasol debe hacer algo que se le venía pidiendo en Lakers estos últimos años, meter mucha intensidad.
Su nuevo entrenador, Thibodeau, es exigencia en estado puro y no se casa con nadie, así que o hace todo lo posible y más o su paso por Bulls igual no es tan feliz como muchos vaticinan. Otra cosa a parte es que Thibs se encuentra por primera vez con una buena rotación interior con Noah, Gibson, Mirotic y el propio Gasol, así que habrá que ver que distribución de minutos realiza y sobre todo, quien se gana el jugar en los momentos decisivos. Va a ser divertido la verdad y uno de los grandes alicientes de esta nueva temporada que está aún lejos en el calendario.
Gasol ya es historia en Lakers. Su presente es Chicago. Para mi, volviendo al primer párrafo del texto fue toda una noticia, pero ya no por el hecho de que fuera Gasol, sino porque era una pieza más que apetecible para Lakers y así he visto a Gasol durante este tiempo en LA, un gran jugador que ha ayudado a mi equipo a ganar 2 anillos, pero como jugador de mi equipo le he intentado siempre exigir el máximo y a veces, me he quedado con ganas de más, con esa sensación de que podía darme más, y eso me da una rabia infinita. Es como aquel ‘qué podría haber sido...’, pero de nuevo entamos en el juego de Simmons y sus What Ifs… Me quedo con aquel grito, el grito que valió un anillo y el grito que demostró el potencial que tenía. Un grito que fue todo.