Un día en la agencia libre

Reuniones

4:30 am – Empiezo a oir un ligero zumbido sin saber muy bien que es. Medio abro los ojos, todo sigue oscuro, pero una luz a mi derecha encima de la mesita de noche no deja de parpadear. Al cabo de los segundos, que para mi parecen minutos asocio esa luz con el zumbido que ya tengo clavado en mi cabeza. El despertador. Como si un activador se tratara, mi mente empieza a despertarse y empiezo a atar cabos. Soy jugador profesional de baloncesto. Soy agente libre. Y hoy me tocan coger demasiados vuelos para reunirme con gente que va a fingir que me quiere de toda la vida. La agencia libre.

4:50 am – Después de una ducha de la cual apenas me he dado cuenta, toca un desayuno. No me gusta hacerlo muy pensado, pero hoy va a ser un día largo, así que empezaremos bien el día. La misma luz que me despertó hace lo que parece ya eones, me sirve ahora para repasar Twitter. No me gusta ver que dicen de mi. No suelo de hecho apenas ver las menciones, pero hoy es un día especial y lo primero que hago es ver en que rumores me meten. En ESPN me dan en un equipo, en Yahoo en otro y luego Grantland parece bien informado de las reuniones de hoy, pero poca cosa la verdad. Se que intereso, pero no soy la guinda de ningún pastel. Cierro Twitter. Reviso el mail. Nada interesante.

5:30 am – Mi agente me espera bajo del apartamento, se le ve nervioso, vivo, claramente no ha dormido en toda la noche. Me saludo efusivamente y me dice:  ‘Hoy va a ser un gran día‘. ‘‘, le contesto, mientras sigo pensando que apenas hay luz y voy a ver mi futuro pasar en varias ciudades con apenas tiempo para casi poder disfrutarlo.

6.30 am – Llegamos al aeropuerto, donde el primer equipo que vamos a visitar nos ha dispuesto un pequeño avión privado y donde la tripulación de a bordo tienen todos en la solapa la insignia del equipo. En mi asiento, una camiseta con mi nombre ya impreso y mi número de toda la vida. Desconozco la legalidad de hacer algo así, pero me gusta el detalle, la guardaré acabe o no jugando en esta franquicia.

7:45 am – Estamos a varios cientos de pies del suelo y miro por la ventanilla, estamos llegando a nuestro primer destino y lo que enseguida me viene a la cabeza es nuestro último partido en este pabellón, que ahora veo diminuto y donde no se nos recibió muy bien que digamos debido a nuestra rivalidad de años anteriores. Pienso ahora en todas las facilidades y el empeño que ponen para que juegue el año próximo con ellos y se me escapa una sonrisa. Al otro lado del jet, mi agente, habla tranquilamente con el representante de la franquicia, ambos saben que no pueden hablar aún de términos contractuales, así que la conversación gira entorno a la última película de moda, la cual puede ver la semana pasada antes del estreno por mi amistad con el director y la cual me pareció un bodrio… Ellos están entusiasmados o al menos eso fingen.

8:00 am – Con puntualidad casi británica llegamos al hotel donde se realizará la reunión. En un principio iba a ser en el pabellón, pero finalmente lo cambiaron a última hora para evitar filtraciones y alguna foto no deseada. De nuevo viene a la mente las imágenes de los PO de hace un par de temporadas y la trifulca que se armó en la pista. Sí, no se si seré muy bien acogido por los aficionados. Dudo si es oportuno venir aquí. Pero…ellos insistieron.

8:05 am – Empieza la reunión. Sinceramente no espero nada, de hecho ni quería venir aquí, pero mi agente se empeñó y aquí estamos sentados, en una sala de convenciones, mi agente, yo y tres representantes de la franquicia. De momento, están tirando de la historia del equipo, sus títulos y demás. Aburrido.

8:43 am – Aún siguen con la historia y vendiéndome todo lo que pueden y más, pero mi nombre, todavía ni ha salido a la luz. Noto a mi agente inquieto, ha mirado el móvil varias veces. Algo pasa.

9:02 am – Alguien ha llamado a la puerta y los 3 representantes han salido. Mi agente también y al cabo de los segundos me llama. Nos vamos a otra sala. Y me dice: Mira lo que ha dicho Woj. Sí, el primer gran movimiento se acaba de producir, además inesperado y a un equipo que nadie esperaba. La primera gran ficha del dominó ha caído y a partir de este momento, no sabemos si estamos en posición de fuerza o bien en desventaja. Realmente me asombra que este jugador al final haya considerado irse allí. Raro. Extraño. Pero tendrá el máximo. Muchos dolares. Y yo? qué hago?.

9:06 am – Volvemos a la reunión. Lo primero que nos piden es disculpas y después de eso nos dicen que como ya sabemos, ha habido un movimiento que lo cambia todo. Me plantan un papel delante mio y de mi agente. El máximo. Ni en mis sueños pensaba que podría llegar a algo así. Mi carrera solucionada con este contrato. Estaba claro que este equipo iba también a por el otro jugador y les han adelantado por la derecha. Mi agente se queda perplejo. Tampoco lo esperaba.

9:10 am – Acaba la reunión con la promesa firme de que en 48 horas les daremos una respuesta. Soy un mar de dudas.

10:03 am – En una lujosa suite del hotel y después de despedir a los emisarios de la franquicia, mi agente y yo nos miramos sin creerlo. ‘Aun quedan 2 reuniones hoy y ya tenemos el máximo‘. ‘Yo no quiero venir aquí, no me gusta la ciudad y los aficionados no me puede ni ver‘. ‘Es el máximo!‘ me repite mi agente. Sí, el máximo, donde yo no quería ni reunirme.

10:15 am – Partimos de nuevo al aeropuerto, nos queda un vuelo largo hasta justo la otra cosa costa. Vamos a la franquicia que más me ilusiona, pero la que menos margen salarial tiene y donde más tendría que dejar de ganar y ahora con un max. contract sobre la mesa, es complicado. No han pasado ni 6 horas desde que aquel zumbido rompió mi sueño y el mundo gira a mi alrededor a una velocidad casi inhumana.

10:25 am – En el camino al aeropuerto, mi móvil no para de vibrar. Twitter hecha humo. La decisión de este jugador ha hecho que todo el mundo esté como loco, pero no sólo eso…. Se ha filtrado la oferta que hemos recibido. Caos.

11:15 am – Ya en el avión. Esta vez lo ponemos nosotros, estamos mi agente, yo, la tripulación y mis millones de dudas sobre que hacer. La cabeza me da vueltas, muchas. Miro el móvil y la batería está a punto de morir. Llamadas de amigos, compañeros, posibles compañeros…y hasta de mis padres. Encuentro de todo, enhorabuenas, que me lo piense mejor. No me atrevo a entrar en Twitter con mi cuenta. Uso la cuenta B, un pequeño truco que me enseñó un excompañero: Siempre viene bien tener otra cuenta de Twitter, sin tu nombre, esa te da anonimato y tranquilidad.

11:20 am – En 5 minutos salimos y me arrepiento de haber entrado en Twitter, aunque sea con la cuenta B. Amenazas, insultos y hasta alguna foto con mi camiseta quemada. No gusta que acabe en la ciudad que estoy a punto de dejar. No gusta. Pero es el máximo, es mi futuro…y estaría solucionado. Dudas. Caos.

11:25 am – Despegamos. Móvil sin batería y puesto a cargar gracias a mi agente, yo ni me traje el cargador, no esperaba esto. Siguiente objetivo a 4 horas de vuelo.

3:30 pm – Recien aterrizados. Mi agente me ha tenido que despertar. Han sido 3 horas de descanso, tres horas donde mi cabeza sinceramente no se si se ha desconectado o ha seguido dándole vueltas a todo, al menos el móvil parece cargado, pero tengo pánico en enchufarlo. Decido dejarlo sin enchufar. No quiero más presión. No, todavía no.

3:40 pm – Nos esperan con un SUV en la puerta del hangar privado donde hemos aterrizado. Cristales tintados y coche que parece sacado de alguna película de agentes especiales o algo similar. Mi agente me ha avisado que no me haga muchas ilusiones, sabe que quiero jugar aquí y sabe que tampoco se van a mover mucho por mi. Mi puesto lo tienen cubierto y sinceramente, creo que hacen esta reunión como algún favor personal a mi agente, antes que su necesidad por mi. Decepción y dudas al 50%. Subimos al SUV. Sonrisas por todos lados.

3:50 pm – La conversación, estaba claro, es sobre el notición del año en la NBA, la elección de esa franquicia como destino de ese jugador. Todo el mundo está impactado. Yo sonrio, pero realmente mi mente no está en este coche. Y creo que ni yo se donde está.

4:35 pm – Llegamos al pabellón. Cómo me gusta este pabellón. La verdad es que siempre me ha gustado jugar aquí y el equipo es sin duda el que mejor se adaptaría a mi juego, sería un sueño. Mi cabeza parece que se aclara, al menos por ilusión por ver que nos dicen u ofrecen.

4:52 pm – Empieza la reunión. Primera sorpresa. Los representantes del equipo son todos los estamentos, desde el general manager, pasando por el entrenador y su jugador franquicia, admirado por toda la liga y respetado por partes iguales. Me gusta.

4:58 pm – Sinceros. Me dicen que no pueden ofrecer mucho, pero que para ellos sería un honor que les eligiera. Quiero jugar aquí.

5:39 pm – En medio de la reunión nos comunican que otro jugador ha decidido equipo. Entre sonrisa, el GM nos dice que en teoría tenían entrevista con él esta tarde. No se si tomármelo bien o mal. Nos presentan la oferta. Como esperaba, no es ni por asomo lo que ya había visto esta mañana en otro papel similar en la otra cosa. Mi agente pone su cara de: ‘Su café, gracias’. No le gusta.

6:00 pm – Salimos rápido del pabellón hasta el hotel. Estamos solos ya en el coche que nos lleva de vuelta. Mi agente me dice ‘Ni punto de comparación, sé que te gusta, pero esto no lo puedes aceptar, no, no puedes‘. Perdería mucho dinero. Demasiado. Pero no deja de ser la oportunidad de mi vida. De nuevo la cabeza me va a estallar y aún queda una última reunión, esta vez por video conferencia con otro equipo interesado.

6:40 pm – Llegamos al hotel. Mi cara debe ser un poema, pero cambia cuando la recepcionista me pide un autógrafo para su hijo. Me dice que tiene la habitación llena de posters mios. Le pregunto a mi agente que le tome los datos, y le digo que le mandaremos una camiseta firmada para su hijo. La mujer entre casi lágrimas me lo agradece. Estoy cansado, pero es la primera muestra sincera de apoyo a mi persona que he recibido en todo el día, un día que ya está siendo largo, muy largo.

6:55 pm – Entramos a la habitación y mi agente me dice que me prepare que en 5 minutos tenemos la videoconferencia. Voy al baño, me miro en el espejo y sí, no tengo buen aspecto. Me mojo la cara varias veces. Probablemente no sirva de nada, pero me refresca. Vamos a allá.

7:01 pm – Empieza la videoconferencia. Empiezan siendo sinceros y que se les han caído las 2 opciones que habían delante mía. Los dos jugadores más codiciados ya no estaban a su alcance y me ‘necesitan‘. Otro contrato encima de la mesa en poco más de 5 minutos de charla. No es el máximo, pero es superior a la oferta del equipo que más me gusta. Más dudas todavía.

7:45 pm – Finalizamos la reunión y desconectamos el equipo de vídeoconferencia que nos ha montado el hotel. Mi agente se desabrocha la chaqueta por primera vez en todo el día. Se la quita, se lanza al sofa y resopla: ‘Estamos jodidos‘.

7:55 pm – Después de una semi discusión con él. Le hago ver mi postura. Me gustan las 3 ofertas. Me sorprende el máximo e incluso esta última. Pero deportivamente me atrae de forma incomparable la menos buena de las 3. Él me dice que coja el máximo. ‘No vas a ver nada igual, no lo desperdicies‘.

8:00 pm – Le digo que quiero estar solo, hasta mañana, sin acordarme que en poco menos de 1 hora tenemos que estar de nuevo en el avión para volver a casa. No, no hacemos noche en esta bonita ciudad.

8:15 pm – Cogemos coche de alquiler para llegar al aeropuerto. Quiero conducir, pero mi agente se niega y quiere hacerlo él. Me cuenta como cuando era joven pasó por una situación similar con varios puestos de trabajo nada más salir de la Universidad. ‘Qué hiciste?‘ le pregunto. ‘Lo mismo que quieres hacer tú ahora…coger la que más me gustaba sin hacer caso de nadie‘. ‘Entonces, por qué no me dejas hacer lo mismo‘. ‘No quiero que cometas el mismo error que hice yo….‘. Silencio. No volvemos a hablar hasta llegar a las puertas del avión privado que nos espera para volvernos a llevar a casa.

8:40 pm – Sentado en el cómodo asiento del avión, enciendo mi móvil para curiosear mínimamente. Se ha movido mucho el mercado, como bien sabíamos ha sido un dominó y las webs y blogs especializados sólo hacen que preguntarse donde iré a jugar yo. Se me escapa de los labios: ‘Ni yo lo se…‘. Abro Twitter, con mi cuenta y escribo: ‘Fin de una larga jornada, ahora tiempo para pensar y decidir. Gracias a todos.‘. Hubiera escrito mil cosas diferentes, pero tenía que ser cauto, no desvelar nada…pero qué voy a desvelar si ni yo lo se?.

8:58 pm – Despegamos. Apago el móvil de nuevo.

12:30 am – Aterrizamos. Apenas he podido dormir algo, me gusta volar de noche y ver luces y luces si con suerte el día está despejado. Mi agente se le nota agotado. Cansado. Se ha pasado todo el vuelo revisando las propuestas, anotando cosas en su tableta y en los márgenes de las hojas. Bajamos del avión y me acompaña hasta el coche para ir hasta mi apartamento.

1:15 am – Llegamos a mi apartamento. Mi agente me mira y me dice que no me preocupe, mañana será otro día y pensaremos qué hacer. ‘Descansa, no decidas ahora‘. Le digo que gracias y me bajo del coche. En el ascensor me encuentro a uno de mis vecinos. Me pregunta qué tal estoy, su mirada me dice que sabe todo lo que ha pasado hoy y me examina de pies a cabeza. Le respondo que cansado, pero bien. Me mira, sonrie, sabe que no es así. Me conoce mejor mi vecino que yo mismo?.

1:18 am – Abro mi apartamento, lanzo la maleta de mano sobre el sofa y sin pensármelo me echo sobre la cama. Mi cabeza sigue girando con pensamientos opuestos uno y otra vez. Qué hacer? qué decidir?, enchufo la tele y lo primero que veo es mi imagen con montajes de camisetas de los equipos que he visitado hoy. Están hablando de mi. Extraño. No me gusta, pero me quedo a verlo.

2:30 am – El sueño me puede. Apago la TV después de ver la rueda de prensa que a última hora de la tarde ha dado el jugador más valorado en su nuevo equipo. Ha sido rápido, pienso… habrá elegido lo mejor? habrá pasado por lo que estoy pasando yo ahora… mis ojos se cierran… Buenas noches…