Knicks-Rockets, partido empatado, quedan 43 segundos y los Knicks tienen el balón tras un tiempo muerto.
La jugada no funciona, y acaba con un tiro forzado de Beno Udrih desde la esquina sobre la bocina de los 24 segundos, que les da muy pocas posibilidades de ponerse por delante… hasta que Chandler coge el rebote. De repente, los Knicks se encuentran con el balón para ellos y una última posesión en la que poder ganar, o como mínimo, forzar la prórroga.
Aquí en este link (gracias NBA, por no permitir añadir los vídeos) podéis ver la jugada y lo que sucede entonces.
JR Smith se tira un triple frontal casi instantáneo, que falla, y los Knicks hacen una falta en el rebote que le da dos tiros a Brooks, que serían los puntos finales del partido que ganaron los Rockets.
Pese a toda la ira desatada contra JR… ¿hizo mal tirando ese triple? La página web Inpredictable.com, acaba de añadir unos chulísimos gráficos analizando cómo evoluciona la probabilidad de victoria de un equipo según los eventos que se van sucediendo. Aquí está el del partido de anoche.
Cuando Chandler coge el rebote en ataque, esta herramienta estima que los Knicks, bueno, en realidad, cualquier equipo jugando fuera de casa, con ese margen de puntos (empate) y el tiempo que queda de posesión y reloj, ya que la herramienta es genérica, tenían un 60.3% de probabilidades de alcanzar la victoria.
Tras fallar JR Smith el tiro cuatro segundos después, esa probabilidad baja al 47%, y cuando los Rockets aseguran el rebote, sólo tienen un 39.2%. Por tanto, la secuencia «perder la posesión del balón en 5 segundos sin anotar», le costó a los Knicks 21.1% puntos percentuales de probabilidad de victoria.
Pero, ¿qué hubiera sucedido si lo mete? Cuando el equipo visitante se pone 3 arriba a falta de 19 segundos, gana el 87.2% de las veces. Si JR lo hubiera metido, New York habría incrementando en 26.9% puntos porcentuales su probabilidad de victoria, un cambio de un 48%. Vamos, que el tiro de JR Smith, valió medio partido, literalmente.
Utilizando estas probabilidades, podemos calcular si merecía la pena el riesgo. La creencia popular seguramente aboga por guardarse ese último tiro, pero es que coger tres puntos de ventaja, prácticamente decide el partido a tu favor, y los números respaldan tomar el tiro si hay una buena opción de meterlo.
Si nos ponemos en el caso en el que el rebote no está aún decidido, con los Knicks todavía luchando por él (algo no descabellado: Chandler acababa de coger un rebote, y más tarde, en la penúltima posesión del partido, Bargnani (!), también lo hizo), el riesgo de tirar de 3 merece la pena si JR se ve con un 33.1% de probabilidades de meterlo. Y yo diría que es un porcentaje muy atractivo para un tiro tan abierto como este
Si damos por perdido el rebote, y entendemos que al fallarlo, los Knicks pierden la posesión y su oportunidad, JR hubiera necesitado meter ese triple más de un 44% de las veces. De nuevo, me parece una probabilidad muy razonable, como para concluir que el tiro de JR Smith no fue «estúpido», como el USA Today ha titulado hoy, por ejemplo.
Smith evidentemente no echó números en su cabeza (de hecho, creía que estaban perdiendo de dos, lo que justificaría completamente la acción por un lado, y su despido fulminante por otro), pero aún así, es buen tiro.
Como siempre importa el contexto, y se puede analizar muchas cosas más, por lo que los números exactos son más anecdóticos que otra cosa, pero en lineas generales, el caso de este tiro y la abrumadora respuesta del público demuestra que quizá no estemos preparados para entender cómo evolucionan las probabilidades en un partido de baloncesto.
Nuestra mente es aversa al riesgo, no cuantifica bien lo decisivo de las situaciones, y me da la impresión, de que en general, se sobrevalora mucho tener el control del balón (parte de la mentalidad de hacer falta cuando se va 3 arriba). No obstante, estamos preparados para ello. Recordamos más las remontadas y los partidos perdidos por «malas decisiones», y nos olvidamos rápido de aquellos en los que el equipo mantiene la diferencia, que son mucho más.
Tener o perder la última posesión no es tan seguro como creemos (es un 60-40 de ganar, hemos preguntado en Twitter y en general la gente sí que se sitúa intuitivamente en este rango), sin embargo, tomar una delantera de 3 puntos con poco tiempo por delante, es casi decisivo. Smith, sin saberlo, apostó por lo segundo, y le salió mal. Pero debería volver a hacerlo.