Primero de los premios de La Crónica Desde El Sofá y primer Cara-a-Cara entre Mario y David… quién es el entrenador del año?
Mario Maruenda – Gregg Popovich
Empecemos diciendo que el premio de Entrenador del Año es una cosa casi tan arbitraria como las basketball reasons, y que si definir qué se considera un MVP es motivo de debate, lo de Entrenador del Año da para ensayos de Saramago. En la lista de Entrenadores del Año nunca apareció Jerry Sloan. Y Phil Jackson o Gregg Popovich aparecen solo una vez, las mismas que Sam Mitchell o Mike Brown. Sí, sí, en serio, Mike Fucking Brown. Así que lo que le apetece a uno al ver esta lista, si tuviera derecho a voto, sería dárselo a Westphal, y trollear un poquillo.
Es por ello que no daría dos años seguidos el premio a Thibs, sería el primero, y tamaño reconocimiento le convertiría en el Michael Jordan Jeremy Lin de los banquillos, y Thibs es bueno, pero no tanto. Sin embargo, sí que creo que Popovich debería ser el 7º entrenador en ganarlo al menos dos veces. Nadie veía a los Spurs ganando el Oeste y compitiendo por el mejor registro de la Liga otra vez, y menos aún si nos avisaran a principio de temporada que Manu se perdería los mismos partidos que Durant, Westbrook, Harden, Ibaka, Bryant, Bynum, Gasol, Paul, Griffin, Jordan, Nowitzki, Marion, Terry, Marc, Gay, Conley y Nash JUNTOS, es decir, que el Oeste ha estado sano, salvo por Ginobili, y que iba a reservar a Duncan y Parker prácticamente lo que le viniera en gana. Y luego están los milagros de siempre: sacar un jugador NBA, donde el Olimpija Ljubljana solo veía poco menos que un NAF y lo de Matt Bonner.
Y los Spurs no tienen nada que envidiar a Chicago en la disputa del equipo más trabajado de la Liga. Técnicamente son perfectos, ejecutan las jugadas que estadísticamente son más eficientes más que nadie, y eso es mérito del entrenador y el resto de sus asistentes que las diseñan y emplazan a sus jugadores a utilizarlas. Y porque nadie más hace esto. Larga vida al espía.
David Chanzá – Tom Thibodeau
Muchos deberían optar el premio del Entrenador del Año y entre ellos Gregg Popovich (ojo que pondría también a Frank Vogel de los Pacers muy alto también…), pero sin duda para mi el que merece el premio, marcándose un back-to-back, sería Tom Thibodeau.
La temporada de Bulls en cuanto a números se puede ver fácilmente, se van a llevar el top seed del Este, pero lo que es más sangrante, es que se la van a llevar sin haber contado durante 27 partidos sin el MVP del año pasado Derrick Rose, sin él, Thibodeau ha hecho ejercicios cuánticos para hacer funcionar un equipo de la mano de CJ Watson y John Lucas III, es decir, una pareja digna de Bobcats.
Con ello, los Bulls han sido los mejores en el Este, el equipo a batir y ni los todopoderosos Heat han podido con ellos.
Pero vamos a ir un poco más allá, Hamilton, que venía como gran comparsa para estos Bulls, sólo ha jugado 27 partidos (!!) con lo cual gente como Kyle Korver, Deng, Brewer o incluso Tag Gibson se han tenido que multiplicar para ocupar ese hueco, con lo cual, más ingeniería de la mano de Thibodeau, para conseguir que el equipo sin dos de sus grandes baluartes, siga siendo el mejor en su conferencia.
A todo esto hay que añadir un factor que creo que es la gran baza y por el gran secreto de los Bulls de Thibodeau, ningún otro equipo de la NBA tiene a esa bestia del baloncesto, a ese dios de las canastas, a ese elemento que cambia todo… nadie más tiene a The White Mamba aka Brian Scalabrine.