Grand Finale

Ayer decía adiós uno de los jugadores más importantes, carismáticos y polifacéticos de la Historia de la NBA. 19 años estuvo con nosotros Shaquille O’Neal jugando en 6 equipos, y con un palmarés de 4 anillos, 3 MVP’s de las Finales y 1 de la Temporada Regular, 15 aparaciones en el All Star y 8 presencias en el All NBA 1st Team. Aquí le dedicamos nuestro homenaje, de la A a la Z, a la carrera de Shaq.

Anillos: Cuatro en total, tres consecutivos con Lakers y otro más con Miami. El quinto lo siguió buscando al final de su carrera con LeBron en Cleveland y Boston, pero nunca llegó, muy a su pesar. Porque no era ya solo ganarlo, teniendo en cuenta que su rol en estos dos últimos años ha sido marginal, sino que este quinto anillo sería el que le empataba con Kobe, y el que le daba uno de ventaja sobre Duncan, los dos mayores rivales que tiene para elegir al mejor jugador de su generación.

Big Fundamental: Shaq tiene el monopolio de casi todos los apodos que empiezan por Big (ya llegaremos a ello), pero uno se le escapa. Tim Duncan, The Big Fundamental, es la única competencia que tiene Shaq ahora mismo en el debate de mejor hombre alto DMJ (despues de Michael Jordan). Duncan tiene un MVP más que él, 3 MVP’s de las finales y entre ellos se repartieron 8 de los 9 anillos de 1999 a 2007, 4 cada uno. Se enfrentaron en Play-Off 5 veces en 6 años (de 1999 a 2004 el único año que no coincidieron fue en 2000) y otra vez más en 2008 con Shaq ya en Phoenix. Nos dieron algún partido memorable, como el 6º de las semifinales de Conferencia en 2003 en el que los Spurs avanzaban con un 37/16/2 de Duncan contrarrestando al 31/10/3 de Shaq, pero pese a encontrarse tantas veces y ser los dos mejores hombres altos en activo, la rivalidad entre ellos nunca fue exagerada, seguramente porque nunca jugaron un partido de vida o muerte. Jamás coincidieron ni en las Finales, ni en un séptimo partido y la única vez que jugaron en una Final de Conferencia, los Lakers barrieron 4-0 a los Spurs. Lo más cerca a un partido decisivo, fueron los 5ºs partidos de las Semifinales de Conferencia de 2003 y 2004 con los dos equipos empatados a victorias 2-2, en los que ambos tuvieron actuaciones discretas para lo habitual, y se decidieron por los secundarios, el fallo de Horry y el acierto en 0.4 segundos de Fisher. Con O’Neal retirándose, y teniendo en cuenta que parece improbable que Duncan vuelva a ganar un anillo como líder de su equipo, los méritos de uno y otro están ya prácticamente todos sobre la mesa. Aquí, de momento, votamos empate técnico.

Cuartos: Muchos en su cuenta. 292 millones ha ganado en su carrera, como salario por jugar al baloncesto. Esta cifra solo incluye lo que le han pagado los seis equipos en los que ha militado durante estos 19 años. Contratos publicitarios o del resto de sus aventuras, aparte, la cantidad es estratosférica. Aunque declaró que se iba a entrar en la Biblia de la NBA «jugando hasta los 60 años, y todavía cobrando el máximo hasta los 60 años«, acabó su carrera cobrando el mínimo con 39 en Boston, aunque sí que cobró el máximo hasta los 33 años, cuando firmó una extensión por 5 años y 101 millones de dólares que no se quedaba muy lejos.

Dominante: Esta es la palabra que mejor define al Shaq jugador, sin dudarlo. Su tamaño, unido a la velocidad e inteligencia en su juego le convertían durante una buena temporada, en el jugador más difícil de defender de la NBA. Cuando un hombre de esa envergadura se compara (aunque fuera por él mismo, con toda su verborrea y su hipérbole) con un bailarín de ballet, sabes que te encuentras ante algo muy especial. Shaq será Hall of Fame el primer año que sea elegible para serlo, y su presencia entre los 5 mejores jugadores de los últimos 20 años y 5 mejores pívots de la Historia es indiscutible, aunque la posición pueda bailar según el gusto. Hasta que la llegada de LeBron coincidió con su cuesta abajo, Shaquille era el especimen con el físico más perfecto de la NBA. Y de lejos.

Espectáculo: Años y años de espectáculo, dentro y fuera de la cancha, forman parte del legado de Shaq. El nivel que alcanzaron sus excentricidades estaba a la altura de lo que hacía en la pista. Seguro que vosotros tenéis vuestros momentos favoritos de la extensa lista de apariciones, pero aquí van los míos: su llegada con pistola de agua incluída en un trailer a su presentación en Miami, el número de break dance que se marcó junto a Jabbawockeez en las presentaciones del All-Star 2009 y el teléfono móvil que añadió a su zapatilla al más puro estilo Superagente 86 en el All-Star de 2005.

Fu: Shaq-Fu, otra de sus personalidades, nos sirve para seguir ilustrando su polivalencia, baloncesto aparte. Shaq-Fu no solo es el nombre de un videojuego de lucha para Sega y Nintendo que él protagonizó en el año 1994, sino que también es el nombre del segundo de los cuatro discos de rap que sacó del 93 al 98. Por Shaq Fu le dieron un disco de oro, después de haber llegado a la posición número 25 de la Lista de Ventas general, y la número 10 de R&B y Hip Hop con su primer álbum, Shaq Diesel, que fue certificado platino. Durante su carrera musical trabajó con algunos de los productores y cantantes más influyentes del hip hop, como Q-Tip, Erick Sermon, Jay Z o Notorious BIG, y llegó a colocar su primer single, (I Know I Got) Skillz en el número 3 de la lista Rap.

Grande: Con sus 2.16 metros de altura, entró en la Liga pesando 136 kilos, pero el resto de su carrera se ha movido de los 150 a los 160. En la vorágina de apodos que ha recogido a lo largo de los años, el prefijo Big ha sido una constante a casi todos. El Gran Aristóteles. El Gran Papi. El Gran Baryshnikov. El Gran Cactus. El Gran Trébol. Todo en él es grande. Pena que ese cuerpo antinatura, le haya pasado las facturas de todos aquellos festines que se dio con las piezas desechables que tenían como misión ir a la guerra contra él cada dos noches y algo.

Hack-A-Shaq: Don Nelson lo inventó, muchos lo pusieron en práctica con resultados desiguales y Popovich lo perfeccionó hasta llevarlo al hiriente sarcasmo, cuando sus Spurs hicieron falta a un incrédulo Shaq en el salto inicial de un partido. La táctica no tiene mucha ciencia: por qué dejar a Shaq tirar un tiro de campo, de esos de los que ha anotado el 58.2% durante su carrera, en lugar de tiros libres, con los que solo acierta un 52.7% de las ocasiones. Los equipos turnaban hombres altos, sacaban su fondo de banquillo para gastar sus 6 faltas contra un Shaq que volvía impotente a la línea. Sus intentos de mejorar en los tiros libres siempre se han quedado en eso, intentos. Documentados están los consejos que gente como el gurú Dennis Hans le dio o el trabajo de Riley, que estaba convencido de que podría solucionarlo y puso un equipo a su disposición para trabajar en su mecánica. Pero él siempre confiaba en que los metía «cuando contaban» y qué mayor honor, que darle tu nombre a una táctica que reconoce implícitamente tu dominio.

IDGAF: Sobre su taquilla en Los Angeles colgaban estas crípticas siglas con dos significados. Preguntado por los periodistas, explicaba que el significado era «I Dominate Games Always and Forever.» con un gran guiño. La realidad que conocían sus compañeros era algo distinta. I. Don’t Give. A. Fuck. Los dos O’Neal resumidos perfectamente. El que domina y al que le importa todo una mierda. El de los porcentajes récord: el de campo por arriba, y el de los tiros libres por abajo. El que ha sido. El que podría haber llegado a ser. De hecho, la segunda acepción tiene double entendre en sí misma. No le importaba una mierda su rival, al que destrozaba con voracidad, pero tampoco le importaba ser mejor él mismo.

Justicia: Los escarceos de Shaq con la justicia, no son los habituales en los jugadores de baloncesto. A O’Neal jamás le han detenido conduciendo borracho, ni golpeando a su mujer. Al contrario, gracias a su colaboración fueron detenidas dos personas en Miami en 2005 con cargos por agresión y racismo y en 2007 persiguió él mismo al conductor que chocó contra su Escalade y se dio a la fuga. En todas las ciudades en las que ha estado ha solicitado puestos de ayudante de Sheriff, con un carácter habitualmente honorífico y ha llegado a pasar por la academia del condado de Los Angeles para ser Oficial en reserva de la policía portuaria de LA. Además fue nombrado Ayudante Honorífico de los US Marshal, oficina federal. El único borrón lo tiene en Arizona, donde el Sheriff del condado de Maricopa le retiró su placa por utilizar lenguaje malsonante en aquel rap en el que le preguntó a Kobe «a que sabía su culo«.

Kobe: Su pareja de hecho, el hombre con el que logró el Three-peat, el enemigo que le empujó por la puerta de Los Angeles, después amigo, enemigo otra vez, ahora es todo broma y siempre nos llevamos bien, pero cuando Kobe gana su quinto anillo se empieza acordando de Shaq. Yo creo que se odian y se envidian. Kobe no aguanta que la opinión pública crea que los tres primeros anillos son más de O’Neal que suyos y que el Artículo 34 diera el primer golpe sin él mientras a él le rodeaban Kwames y Smushes;Shaq por su parte se lamenta de que ahora Bryant haya levantado un O’Brien más que él, como líder casi indiscutible del show. Como aquí somos más de baloncesto que de revista rosa, preferimos quedarnos con los momentos que nos dio la mejor sociedad de la pasada década.

Longevidad: 19 temporadas llevaba jugando, el que más de los jugadores en activo esta temporada. Con sus 39 años, era el jugador más viejo de la Liga (honor que ahora deja a Kurt Thomas casi ex-aequo con Grant Hill, un día más joven) y el más veterano, ya que los siguientes en la línea sucesoria, Jason Kidd, Juwan Howard y Hill llevan dos temporadas menos en la élite. Se irá habiendo jugado 1207 partidos, lo que le pone en el puesto 23 de la Historia (a solo 2 de igualar a Dale Ellis en el 22). Haber logrado todo esto, con un cuerpo tan grande y el riesgo de lesiones que esto conlleva, es admirable.

MVP: La temporada 99-00, en la que alcanzó su plenitud y se convirtió en el MVP, ganando el primero de los tres anillos consecutivos con los Lakers, fue impresionante, la mejor desde Jordan para mí. 29.7 puntos, 13.6 rebotes, 3 tapones por partido, que pasaron a ser 30.7/15.4/2.4 en Play-Off. Además, fue MVP de las Finales en tres ocasiones, las tres con los Lakers, y se quedó a 34 puntos de Steve Nash en la votación de la temporada ’04-’05, su primera con Miami y en la que muchos creen que debería haber sido el ganador del premio. Un par de terceros puestos en las votaciones de 2001 y 2002 y una segunda posición en 1995, llevan a 5 el total de veces que apareció en el podio a final de temporada.

Nietzsche: En el habitual reparto de libros que Phil Jackson hace entre su plantilla cuando emprenden el viaje más largo del año (habitualmente el llamado Grammy Trip en febrero), en 2000, se le ocurrió darle el Ecce Homo de Nietzsche a su niño grande. El libro, del que, según reconoció el propio Shaq Attack en una entrevista con TIME, no pasó del primer capítulo, cuenta entre otras cosas como el superhombre es encarnación de la voluntad de poder. El truquillo del maestro Zen de juntar la palabra superman con la voluntad y la superación surtió el efecto contrario, ya que O’Neal comentó «Phil piensa que soy demasiado único, hasta el punto que puedo estar loco«. De todos modos, aunque no se leyera el libro, al genial Diesel le valió para colar el nombre de Friedrich en una de sus descacharrantes citas: «Nietzsche era tan inteligente y avanzado. Y así soy yo. Soy el Nietzsche negro del baloncesto«.

Oro: Shaq formó parte del combinado nacional de EEUU que ganó el Oro en el Mundial del 94, en el que fue el MVP y en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. A partir de ahí no volvió a ir con el equipo, pese a ser invitado, porque en 1999 se sintió rechazado al no ser incluído en el Torneo de las Américas clasificatorio para los Juegos Olímpicos, pese a que la intención de USA Basketball era que el jugador descansara. Yo, siendo un poco mal pensado, aparte de vagancia, creo que los problemas vienen más de atrás, del verano del 92. En el Dream Team, el equipo que marcó una época, había un jugador universitario. Pero, contra todo pronóstico, no era el dominante pívot que podía destrozar a los frágiles europeos, y que iba a ser elegido indiscutiblemente número 1 del Draft, sino Christian Laettner. Así, Shaq se quedó sin visitar Barcelona y sin tomar un cursillo acelerado como becario al lado de Ewing y Robinson, y tras cumplir con el equipo, aprovechó la primera y más ridícula excusa para borrarse del barco para siempre.

Periodistas: Los periodistas adoran a Shaq, porque es una auténtica mina. Auténtico y divertido, a lo largo de los años, no ha parado de regalar citas ingeniosas, divertidas, desafiantes, ignorantes, sarcásticas… Su presencia ha sido una de las más polarizantes, si no la que más, en los últimos tiempos en un vestuario NBA. Con uno de los mayores sentidos del humor de la Liga, Shaq ha alternado referencias a Einstein y sus anécdotas, despectivos juegos de palabras con los nombres de sus rivales (declaró que «nunca ha estado en las Islas Caymán» al ser preguntado por Chris Kaman) y relatos de sus intentos de ligar con Tori Spelling «Le pregunte por su número de teléfono y no me lo dio, me dijo: Dame el tuyo. Había que intentarlo«. Él fue el primero en llamar Half Man Half Amazing a Vince Carter, y también el primero en llamar Erica a Dampier. Mi preferida, sin duda, cuando al ser preguntado al volver de Grecia si había visto el Partenón, y el Big Aristotle reconoció que «no puedo recordar el nombre de todos los clubs a los que fuimos«.

Quinto: Ese es el puesto que ocupa Shaq ahora mismo en la lista de los mayores anotadores de la Historia. Con 28.596 puntos, solo Abdul-Jabbar, Karl Malone, Michael Jordan y Wilt Chamberlain han metido más que él aunque Kobe le debería superar la temporada que viene (está a 729 puntos). También lo podemos encontrar en la zona noble de otras categorias: es 5º en tiros de campo anotados, 7º en tapones (que se empezaron a contar en el año ’73), 12º en rebotes, 17º en tiros libres anotados y 23º en partidos. De los jugadores en activo hasta esta temporada, lidera todas esas clasificaciones menos tiros libres (Kobe ha anotado más) y partidos (que le supera Kidd).

Ru-Paul: El «Ru-Paul de los hombres altos«, así llamó nuestro amigo a Chris Bosh después de que este se quejara de que O’Neal acampaba en la zona tras un partido de 45 puntos ante Toronto. Desprecios como este han formado parte de la carrera de Shaq, pero resalto este incidente en especial, porque el contexto en el que ocurrió es un microcosmos de la carrera de O’Neal: ese partido con Phoenix le convertía en el primer jugador de la Historia que metía 45 puntos en un partido con cuatro franquicias distintas. Tan bueno, tan volátil. La dualidad IDGAF, en estadísticas.

Superman: Antes de Dwight Howard, Orlando y la Liga tuvieron a su propio Superman. El hombre de los mil motes, entre los que hay que incluir el «Artículo 34» del inolvidable Andrés Montes, usó mucho, especialmente al principio de su carrera, este apodo, refrendado por el enorme logo del Hombre de Acero tatuado en su brazo izquierdo. No es de extrañar por tanto, que el siempre belicoso pívot se mostrara «ofendido» el año pasado por lo que él consideraba una apropiación indebida de Howard, su heredero más directo, y la presencia más imponente en una cancha NBA desde, um, él mismo.

Twitter: Con un vídeo colgado en su Twitter, el jugador de los Celtics se despedía del baloncesto en activo. «Lo hicimos, 19 años, baby. Quiero agradeceroslo, y por eso os lo cuento a vosotros los primeros, me voy a retirar.» Con esa complicidad con su seguidores, Shaq anunciaba que después de este agridulce año, en el que solo ha jugado 37 partidos de Liga Regular (nunca jugó tan pocos) y con tan solo 4 apariciones desde el mes de febrero hasta el final. Siempre un hombre de su tiempo, ha estado atento a colocar su marca en las redes sociales. Creó su Twitter, @SHAQ hace ya un tiempo, en noviembre de 2008, bajo un alias diferente al que utiliza ahora, y fue de los primeros jugadores de baloncesto en utilizarlo con regularidad e interactuar con sus seguidores. El Gran Cactus cuelga vídeos de todo tipo, y ya está pidiendo a sus 3.8 millones de seguidores hasta el momento, que le ayuden a encontrar un nuevo apodo más acorde con su nuevo estado civil.

Universidad: Todo un Doctor, Shaq empezó su relación con la universidad en LSU, Louisiana State University, que fue su casa durante tres largos años. Largos sobre todo para el resto de pivots de la Conferencia SEC. Más conocida por el football que por el basket, pese a haber sido la casa de Bob Pettit y Pistol Pete Maravich, era perfectamente apropiada para acoger a un jugador que también tenía más pinta de deffensive lineman que de jugador de baloncesto. A pesar de que fue elegido All-American un par de años, el talento que le rodeaba no le ayudó a llegar nunca lejos en el Torneo de la NCAA: a pesar de clasificarse para el baile en sus tres temporadas en el equipo, no llegó a octavos, los Sweet Sixteen, en ninguna de ellas. En el año 2000 se volvió a pasar por allí para completar su Grado en Estudios Generales, algo así como un «tú eliges los cursos». Sumado a un máster de la Universidad de Phoenix, y su Doctorado en Liderazgo y Educación por la Barry University, la singularidad de O’Neal se extiende más allá de la excentricidad fuera de la cancha.

Vagancia: La distancia que separaba a O’Neal de ser el pivot más dominante de la Historia, la marcaba él, poniendo su vagancia en medio. La V podía ser la letra de la velocidad, ya que ha sido uno de los mejores libra por libra (sin que sirva de precedente, hay que utilizar esta frase al revés) que se haya visto en cualquier deporte, pero si habéis llegado hasta aquí, os habréis fijado como esta retahila no puede ser más agridulce: cuánto hemos hablado de lo que O’Neal podría haber sido… Se ha presentado habitualmente a los campus de verano pasado de kilos y fuera de forma, nunca trabajó lo suficiente en su tiro libre, y dejó que los celos y la parafernalia malmetieran a la pareja que formaban él y la eternidad. Peor para él. Y para nosotros.

Wade: Su escudero en el cuarto anillo, nunca sabremos quién ayudó más a quién, pero parece claro que los dos se necesitaron el uno al otro (y un poquito a Danny Crawford) para ganar aquel campeonato de 2006. Como siempre, y no debería sorprender a nadie ya, Shaq quemó los puentes de la relación con Wade, experimentando otro déjà vu al tener que volver a salir de otra franquicia por la puerta de servicio y dejando las llaves al joven escolta, al que este año comparó con Kobe, como «pequeños chicos que dominan el balón y tiran 30 veces por partido que no se pueden comparar conmigo«. Desde Phoenix, Cleveland y Boston, no ha desperdiciado oportunidad de tirar una chinita al «Chico Maravilla» como él lo llamaba, y veremos si el rugido aumenta ahora que Wade puede volver a ganar sin él, como hizo Kobe en su día, acompañado además del LeBron que él ya estaba mayor para llevar a Tierra Prometida, y del RuPaul de los hombres altos.

X-Men: Shaq quisó añadir a su carrera cinematográfica un papel en X-Men 2, pero los productores no estuvieron por la labor, así que siente que conformar con su Steel. Todo un personaje, ha aparecido en 11 películas y algunas series de televisión, además de tener su propio reality show: Shaq Vs. Empezó compartiendo pantalla con Nick Nolte y Ed O’Neill en Ganar de Cualquier Manera (Blue Chips), y fue el protagonista absoluto haciendo de genio de la lámpara en Kazaam y de superhéroe en Steel, dos películas que aparecen en listas de las peores de la historia con la misma asiduidad que él en las de mejores pívots. Para los que os interese esta faceta del Gigante, aparecerá en Jack and Jill, película con Adam Sandler, Al Pacino y Katie Holmes que se estrenará a finales de año

Yao: El gran pívot chino tiene el honor de ser la primera persona en desplazar a Shaq de algo: el quinteto titular de All-Star. Un fijo en el quinteto titular, ya desde su temporada rookie, (primero desde Jordan), hasta, precisamente, la llegada de Yao en 2003, Shaq fue al Partido de las Estrellas 14 veces de manera consecutiva, hasta que su declive y las lesiones le apartaron en 2008, para volver una última vez en 2009. Además, Ming provocó uno de los episodios más desagradables en la carrera de Superman, cuando su peculiar humor fue catalogado de racista al ser preguntado por un Yao que estaba a punto de entrar en la Liga y responder «Decidle que Ching-chong-yang-wah-ah-so» acompañando el numerito con poses de Kung-Fu chusco. De todos modos, es querido en el país más poblado del mundo, y más aún a raíz de su contrato de esponsorización con la firma Li-Ning. Lástima que no podamos hablar más de baloncesto por culpa de las lesiones del gigantón chino.

Zen Master: Su entrenador en Los Angeles, Phil Jackson, el Maestro Zen, pareció alinearse con Shaq cuando la relación con Kobe se convirtió en «yo o él». Pero en 2006 abrió la Caja de Pandora al hablar de Shaq como «el único jugador que he entrenado al que no le gustaba trabajar«, a lo que el grandullón respondió comparando a Jackson con Benedict Arnold, uno de los traidores más famosos de la Historia Estadounidense. Desde ahí se han estado intercambiando achuchones de mayor o menor magnitud y en 2008 Shaq acusó a Phil de nunca decirle las cosas a la cara y de diseñar la ruptura entre ellos, aunque luego le dio un abrazo y un besito cuando se reencontraron en un Suns-Lakers. En 2009, cuando calificó de «estrategia de marketing» su relación con Kobe, repartió también flores para Phil, al que llamó «mejor entrenador de la Historia«, por lo que su relación ahora mismo, parece buena.