El ambiente que se había preparado en el New Orleans Arena era ambiente de remontada, ambiente de buscar el 7o en LA. Todo el mundo con camisetas azules y el ya típico eslogan de Beat LA. Pero Lakers tenía otra cosa en mente, acabar.
El principal protagonista y el que dio el paso adelante anoche fue Andrew Bynum, que demostró que cuando está con ganas, motivado y sobre todo sano, es de lo mejorcito que hay en cuanto a juego interior en la liga y aunque Hornets empezó muy bien con el rebote, pronto se dieron cuenta que ese era territorio de Bynum.
Con esto y con la actuación de nuevo gris de Paul, este jugador si fuera más regular sería sin duda MVP…, los Hornets fueron un pequeño muñeco en manos de unos Lakers con la lección bien aprendida y con el modo Se Acabó activado, lo cual los hace muy, pero que muy peligrosos.
Una de las claves del partido estuvo en un arreón que tuvieron los Hornets que se llegaron a poner a 10, con un buen parcial y con todo el pabellón en pie y gritando… entonces surgió el de siempre, Kobe con un triple que hacía callar a todo el mundo y que dejaba las cosas claras.
Esta serie no ha sido tan dura como fue la primera del año pasado, pero sin duda que ha sido un aviso para Lakers, que no deben despistarse…