La importancia del pívot

Cuando una franquicia escoge en el Top 5 del Draft a un chaval inmaduro, con lagunas en todos los aspectos de su juego, y poca experiencia en minutos y grandes partidos en la universidad, pero que mide 7 pies, muchas veces se equivocan, pero tienen una muy buena razón para ello.

Los Hawks perdieron ayer en casa de 34 puntos, y no fue contra Boston o San Antonio, sino contra Philadelphia. Y eso que a Philly no le importó desperdiciar la ocasión más clara. Hace tres semanas, fueron despedazados por los Hornets, perdiendo de 41 puntos en casa, la peor derrota de la temporada NBA, y el partido de más baja anotación de la franquicia en su campo. Estas dos dolorosas derrotas tienen algo en común: la baja de Al Horford.

El pivot dominicano se ha perdido cuatro partidos esta temporada, y en dos de ellos han sufrido derrotas que estarán entre las más dolorosas del histórico del equipo de Atlanta. En los otros dos, el equipo venció a Washington y Charlotte, para tener un record de 2-2 sin Al. En los otro ocho encuentros que han jugado sin su segundo All-Star, Joe Johnson, el récord es 5-3 con derrotas en Boston, Detroit y Miami. La proyección del número de victorias y derrotas son Johnson a los 52 partidos que llevan jugados los Hawks es de 32.5-19.5. ¿Su récord real? 33-19.

Por supuesto, la muestra es demasiado pequeña para sacar conclusiones, pero no es casual. Hablamos aquí hace tiempo también de como Milwaukee gana mucho más con Andrew Bogut que sin él. Las series finales entre Celtics y Lakers las perdió el equipo al que le faltaba Bynum primero, y el que estuvo sin Perkins después. Y hay muchos ejemplos más por poner.

Así que ya sabes, aunque no sea una ciencia exacta, si a tu equipo le falta el pívot titular, échate a temblar.