El Dedo Levantado: los 81 de Bryant

22 de enero de 2006, Staples Center, un partido más de los Lakers, esta vez contra los Toronto Raptors de Calderon, unos Raptors que empezaron a ponerle las cosas muy, pero que muy difíciles a los Lakers poniéndose 18 arriba al inicio del tercer cuarto… pero todo cambió.

Kobe Bryant venía de hacer otro ‘record’, meter 62 puntos el 20 de diciembre del 2005 contra los Mavs en un partido en que todo le salió… en el partido contra Toronto y con su abuela viéndolo jugar en directo por primera vez, pronto se vio que era uno de esos días.

En los primeros 2 cuartos Bryant acabó con 26 puntos con un 49-63 favorable a los canadienses, nada hacía presagiar lo que se iba a ver a continuación. Bryant se puso en modo Dios y metió 27 puntos en el tercer cuarto llegando ya al final del 3er cuarto con 53 puntos con ya ventaja de 91-85 para Lakers en un cuarto donde los angelinos se fueron a 42 puntos, un cuarto mágico.

Aquí empezó de nuevo el espectáculo y Kobe se puso la botas, metía y metía y seguía metiendo, de todos los colores, de todos los ángulos hasta llegar a la cifra de los 28 puntos en el último cuarto y llegando a unos brutales 81 puntos.

El Staples estaba en pie, el iba al banquillo, claramente cansado, dedo en alto y vistiendo su antiguo número 8 sabiendo que había hecho historia, era un momento mágico que nadie quería perderse… y nadie se perdió.

Wade comentaba que su teléfono sonó varias veces en plan «Lo estás viendo?!«, otros como Kidd preguntaba si había habido prorroga, al saber que no dijo «Los 100 hubieran caído…«. McGrady se entero en el bus de su equipo por aquel entonces, Rockets, y dijo: «Dejad de mentir!» al llegar al hotel fue corriendo a la habitación y al ver que Kobe estaba en los tiros libres con 79 puntos dijo: «No puede ser verdad!«… una pena que por aquel entonces Twitter acabara de nacer… hubiera sido tremendo.

Los entrenadores no se quedaron atrás, el propio Phil Jackson comentaba que «había visto cosas grandes, pero no tanto como esta…«, otros como Rick Carlisle miraba por lo suyo: «Ahora no me sienta tan mal los 45 que nos metió…«. Mike Montgomery, el entrenador de los Raptors por aquel entonces tuvo probablemente la frase de la noche: «Me hubiera gustado tener a King Kong para defenderle«. Un veterano como Jerry Sloan veía un aspecto más general y más interesante de todo: «Ha metido esos puntos haciendo que su equipo remonte casi 20 puntos, lo cual tiene mucho más merito que hacerlo contra alguien que no se juega nada o ya con todo a favor…«.

Y claro, los ex jugadores, lo míticos tampoco se callaron, Larry Bird dijo que «era difícil de  creer si no lo habías visto en directo«, el gran Pippen dice que «me despertaron a las 3 de la mañana con la noticia y no pude volver a dormir«. Jerry West fue más allá: «Anoche nadie podía parar a Kobe, nadie«. Elgin Baylor fue más por el lado del equipo:»Lo más importante es que haya servido para la victoria«. Darrell Amstrong que por aquel entonces era el base suplente de los Mavs y que sufrió los 62 de Kobe apenas un mes antes dijo que «menos mal que nuestro partido estaba claro… imaginate que hubiera ido ajustado…«.

Todo el mundo se hacía eco de que lo que se vivió ese 22 de enero fue algo histórico, algo que sólo se ve una vez, pero cómo lo vio el propio Kobe? Él dice que no era consciente y que una vez hecho «ni en mis sueños pensaba con algo así, es díficil de explicar… está ahí. Estaba concentrado, había que remontar, necesitábamos los puntos«. 5 años después cuando a Kobe se le pregunta por el tema, dice algo parecido: «Si te digo la verdad pienso poco en ello, fue algo que pasó y no se como demonios lo hice, pero ahí esta… supongo que fue uno de esos días…»

Fue uno de esos días, uno de esos días que recordarás para siempre, uno de esos días que convierten a alguien en leyenda y ya no sólo por ser uno de los mejores jugadores de la historia, si no por hacer una hazaña que difícilmente volveremos a ver, fue uno de esos días donde el por aquel entonces 8 de los Lakers dejo su estampa para la posteridad: El dedo levantado.

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