El mayor regalo de navidad

Comentaba @treykerby en su Twitter que quería a los Hornets como regalo de navidad. Y alguien se los llevará a su casa este fin de año. George Shinn uno de los propietarios que peor ha hecho sus deberes en la Liga, le ha vendido el equipo a David Stern que lo revenderá al mejor postor en cuanto pueda. De momento no se conocen cifras de la operación, pero la franquicia está valorada en más de 300 millones de dólares. La última venta realizada en la NBA, la de los Golden State Warriors, llegó a 450 millones.

A pesar de que el propietario cambie, la estructura de los Hornets seguirá teniendo total libertad para tomar las decisiones que crean convenientes. A pesar de que con todo lo que se ha hablado esta venta parezca una mala señal para retener a Chris Paul, yo me atrevería a decir, que al contrario, la permanencia del pequeño gran base parece asegurada, porque un jugador de su talento es todo un incentivo para los posibles compradores, y la NBA lo que quiere es vender bien, y cuanto antes.

Aunque el movimiento resulte curioso y pueda levantar suspicacias, no hay que irse muy lejos ni en tiempo ni en lugar para encontrar parecidos. Este mismo verano la MLB de beisbol prestó dinero para sacar de la bancarrota a los Texas Rangers y tomó el control durante el periodo de venta de la franquicia. Y la NHL compró en 2009 a los Phoenix Coyotes para evitar que Jim Balsillie, CEO de RIM, empresa manufacturadora de BlackBerry, se llevara el equipo a Canadá, y de hecho, siguen poseyendo el equipo, a la espera de venderlo por fin este mes a un grupo de inversores. Por tanto, aunque con la mentalidad europea pueda parecer impensable, en Estados Unidos no tienen ningún problema para que la Liga tenga la propiedad de una franquicia, ya que la gestión sigue corriendo a cargo de los mismos trabajadores, y la NBA lo único que hará es proteger una inversión que estaba al borde del colapso.

En cuanto a la venta, y sus posibles destinos, Stern ha declarado que son partidarios de mantener la franquicia en New Orleans, y de hecho, el abogado que han contratado para supervisar el proceso, Jac Sperling es de allí, pero mucho me temo que si llegara una oferta mucho mejor, y no se lograran mejorar las condiciones del alquiler del New Orleans Arena, uno de los puntos en los que la Liga va a presionar, y mucho, habría que empezar a ir buscando destino.

El que más suena es, Kansas City. Su pabellón, el moderno Sprint Center que puede acoger a 18.500 personas, sería ofrecido con condiciones muy ventajosas al equipo que quisiera llevar a los Hornets a Missouri. Pero no entiendo porque aparece como la favorita, si todavía no hay ningún inversor que haya manifestado la intención de mover el equipo a KC. Mientras, Seattle, la ciudad con más tradición baloncestística, y con potenciales inversores como Steve Ballmer de Microsoft, sigue teniendo uno de los problemas que obligaron a la marcha de los Sonics, el Key Arena ha quedado viejo, y no se van a destinar fondos locales ni estatales para su remodelación. El hecho de que la capacidad, por encima de los 17.000 asientos sea parecida al Sprint Center, revela el gran negocio de la NBA a día de hoy: el pabellón de Kansas City cuenta con un gran número de palcos VIP y asientos de lujo que hacen que a misma audiencia, los ingresos sean mucho mayores que los del vetusto Key Arena

Las Vegas, ciudad que siempre sale a colación por no tener problemas de inversores ni de clientes potenciales, ha sido y será un lugar tabú para las Grandes Ligas por el miedo que se tiene a que Nevada sea el único estado de la Nación que permite legalmente las apuestas, y porque aunque el construir un pabellón estado del arte parece una tarea inmediata, la realidad es que todavía no hay ninguno en pie. Llevar otro equipo a California, bien sea a Anaheim, San José o San Diego también es otra opción que se mantiene abierta, aunque Stern parece preferir expandirse más a tener un quinto equipo en el mismo estado. Además, viendo los problemas que están teniendo en Sacramento para adecentar el ARCO Arena, el estado de California no está dispuesto ahora mismo a soltar dólares para negociar la remodelación y explotación de las canchas. El último nombre que ha aparecido es el de Chicago, que como tercer mercado más grande del país detrás de NY y LA tiene tamaño suficiente para acoger a un nuevo equipo en el United Center, pero como ocurre en otros casos, nadie se ha atrevido a hacer una oferta desde Illinois.

Por lo tanto, aún queda mucho en este proceso, que seguiremos desde aquí con mucha atención. Viendo la disponibilidad del Comisionado, y los problemas que plantean todas las posibles localizaciones, un servidor cree que los Hornets se quedarán en Louisiana una buena temporada, pero no sería la primera vez que nos llevamos una sorpresa.